Martescitos de recomendaciones: La edad de oro de las listas
Estos años 20 están siendo un poco decepcionantes, no me digas que no. Me preocupa cómo vamos a pasar a la posteridad (lo que viene a decir las pocas preocupaciones que tengo, en realidad).
Muchas veces me pregunto cómo se conocerá esta década. Esto creo que te da una idea de la cantidad de tiempo libre que manejo, pienso en cosas así de profundas.
Pero bueno, sígueme el rollo.
En realidad, de todas las décadas que he vivido, solo la de los 80 ha supuesto algo significativo… A la de los 90 solo podemos atribuirle, no sé, las Spice Girls, los Juegos Olímpicos y la Expo (y ni siquiera eso es importante: solo me interesan Cobi y Curro). Pero es que las Spice ya no existen y lo otro pasó en un solo verano... ¿Qué hicimos el resto de años? ¿Y después de cambiar de siglo? ¿Qué estamos haciendo por la Humanidad, chicxs? No sé, lo veo un poquitín decepcionante.
Da bajón pensar que ya todo1 lo que dejemos para la posteridad va a ser conocido como los dosmiles, que es un hecho circunstancial y nada descriptivo. No tenemos ni una ropa así chula como la de los años 20 o los 70, no tenemos ná. Somos un pan sin sal.
Si alguien me pregunta, puedo aportar algo, porque en este tiempo ocioso también me preocupo de encontrar respuestas… Aunque ya te digo yo que no va a dar como para que los chavales hagan fiestas temáticas en nuestro honor dentro de un siglo: diría que desde 2020 nos definen muchas cosas (como el egoísmo que ha salido a la superficie de muchos desde los tiempos pandémicos), pero especialmente somos gente que hace listas. Mentales, escritas, da igual, solo sumamos más y más cosas en la lista de tareas y cosas pendientes creyendo que eso va a convertirnos en gente organizada. Ja, suerte con eso.
Por eso triunfan las recomendaciones en Instagram y, bueno, voy a descubrir el pastel, esto que hago yo de sugerir cosas para probar, comprar o hacer. No me escondo, mi vida es una lista.
Así, repasando rápidamente mi aplicación de notas, que es la que menos espacio ocupa del móvil y la que contiene las cosas más importantes, podemos encontrar: la lista la compra, claro, la de las comidas de la semana, la de las recetas a probar, la de restaurantes que estoy convirtiendo en un mapa de Google, que no deja de ser una lista encubierta, la de tareas por hacer, la de cosas que quiero, la de cosas que podría comprarle a otros, la lista de libros que alguna vez querría leer (y la lista no reconocida de libros que me compro y esperan en una estantería a que tenga tiempo para ellos), la de ideas para futuras fiestas, porque a veces me permito incluso pensar en el trabajo y eso para mí lo es, la lista de hobbies que podrían interesarme, lista de pelis con mi actual marido, lista de sitios chulos de un lugar al que ni siquiera tengo planificado un viaje, la ya caducada lista de posibles nombres para la niña, y si busco más abajo, también la de los posibles nombres para el niño, lista de diseños de punto de cruz por si acaso algún día quiero hacerlos, de cosas que me interesan pero no tienen una temática en común… Madre mía, pues ya estaría, aquí tienes una lista de listas.
De hecho, como todas mis listas están aquí, digitales, puedo hacer un paseo por mi historia reciente, saber qué comí (o qué pensé que iba a comer porque normalmente la realidad y la lista toman caminos separados), qué me llevé en la maleta a Disneyland o qué tareas tenía pendientes cuando me fui a dar a luz. ¿Son recuerdos bonitos? Ni idea, pero ahí están. ¿Es esto lo único que nos va a identificar en un futuro? ¿Se encontrarán un iPhone y verán que nos dedicábamos únicamente a planificar todo el rato?
Si pensamos que cada vez sentimos mayor falta de tiempo (por las horas que invertimos en trabajar, desplazarnos y conciliar con la vida de casa), hacer listas es lo único que a mí me hace sentir levemente organizada, pero también me genera algo de estrés por todo lo que siempre está pendiente. Así que, sí, diría que nos define bastante. Solo nos queda una máxima que aplico a todo en mi vida: disfrutemos sin pudor de los infelices años 20, la edad dorada de las listas.
La lista de mis newsletters
Que todo lo anterior no te engañe, voy a seguir añadiendo cosas a tu lista y a la mía.
Es más, vengo con un Inception, una lista dentro de la lista, la metalista.
Quedé en Instagram en compartir todas las newsletters a las que estoy suscrita… Algo que no tenía contabilizado en mi app de notas pero ya sí:
Secret Breakfast (mi FAVORITÍSIMA): recopila novedades gastro, libros, citas… No sé si es el formato o la perfecta elección de temáticas pero me encanta. [En inglés]
Las de Carmen Pacheco, evidentemente.
La de Amaya Ascunce, que empezó siendo de libros pero que te hace pensar en el capitalismo, el trabajo, el fin del mundo y los perfumes, a veces todo a la vez.
La de Paloma Abad, que mucha gente me recomendó el otro día en Instagram COMO SI NO HUBIESE SALIDO YO EN ELLA. Los focos a mi persona, siempre. En serio, Paloma nos hace meditar mucho sobre el mundo de la imagen y la belleza y ahora me ha hecho necesitar mucho una crema agotada. ¿Gracias, Paloma?
Mi nueva favorita, la de los sábados de Kapital (dicho así, ojalá alguien escribiendo desde la resaca un sábado por la mañana al salir de la discoteca más famosa de Madrid): curiosidades sobre el capitalismo con un fondo algo pesimista pero siempre con curiosidades sobre economía, personajes y hechos importantes.
La newsletter de Lucía Sandez, que fue bloguera como yo, solo que ella de éxito. En su blog tenía una sección chulísima que se llamaba ‘Lo que te perdiste esta semana’, ahora viene en formato newsletter cada dos semanas y trae, como esta, recomendaciones de todo tipo.
Panepanna: curiosidades gastro y sobre todo muchísima cultura. Tan buena que este año cumple su 15º aniversario. Nunca pensé que sabría tantas cosas de Italia. Además, con Anna me pasa una cosa: coincido tanto con su forma de pensar que, cuando trata un tema que desconozco, directamente adopto su posición, sé que igualmente va a ser la mía.
One Great Story: la newsletter con la que siento que formo parte de Nueva York, como que estoy en el ajo, con historias curiosas de la ciudad. [En inglés].
Una canción remember
Tengo que decir que siempre que veo que alguien recomienda una canción intuyo que no me va a gustar (salvo si es Elvira Lindo, que en un libro recomendó a Nick Drake y desde entonces es la banda sonora pesarosa de los findes en mi casa).
A su vez, me da vergüenza reconocer en público cuál es mi música favorita, que es la música pop, lo más mainstream posible, porque parece que a todo el mundo solo le han gustado siempre grupos medianamente serios que yo, honestamente, desconozco.
Sin embargo, hace unos años, en un viaje con mi amigo Franche, puso una lista que me encantó con muchas canciones que son remember de verdad y pensé que a todxs nos hace ilusión recordar algunas, nos guste lo que nos guste. Mi plan es ir compartiéndolas en las próximas semanas, espero que te gusten (o al menos no las odies, siempre puedes volver a tu grupo serio y mirarme por encima del hombro, espero que no literalmente si nos encontramos en persona, qué vergüenza). Os la dedico: a Fran, que cantaba conmigo cuando vivimos juntos y a ti. Me encantaría llamar a la radio y dedicarla como se hacía antes, eso también.
Hack de la vida y los regalos
He descubierto que las listas tiene un fallo: si tienes muchas te pierdes. Y si son muy largas y con muchos enlaces, también. A veces a lo largo del año se me ocurren regalos para mi familia y luego es imposible localizarlos así que Pedro tuvo una idea: tenemos un calendario conjunto (otro hack del que hablar otro día) y en los cumpleaños de los niños vamos anotando posibles regalos para ellos. Así, cuando se acerque la fecha, sabemos dónde tenemos que mirar. Si tienes hijos y usas el truco de “acuérdate de pedirle esto a los Reyes/por tu cumple” cada vez que se les antoja algo es especialmente práctico.
Un hack de ahorrar dinero en Disney
Vi este viral en TikTok y me pareció tan bueno que pensé: “Tiene que ser mentira”… Pero resulta que es verdad y es totalmente gratis. Si tienes una tarjeta Mastercard y vas a ir a Disneyland Paris, tienes sitio reservado en algunos espectáculos (mi recomendación especial es ‘El Rey León’, dura media hora y nada que ver con el de Gran Vía) y también en la cabalgata Stars on Parade. Me parece una cosa fantástica y simplemente tienes que pasar por el City Hall del parque para disfrutar de esto. Por cierto, dos cosas, nunca nunca llamarlo Eurodisney (solo se llamó así un par de años pero se ve que caló) y para saber más novedades y cosas chulas, sigue a Disney Geeks: aprendes de todo, como por ejemplo a vestirte conjuntada para ir al parque (también descubres que es que los adultos no podemos ir disfrazados).
Y hacks de cocina, siempre
Sé que las recetas son siempre bienvenidas en este espacio, y últimamente a lo que me he vuelto adicta es a la unión de ingredientes fáciles de encontrar en el súper. Tengo guardadas muchas recetas de esta cuenta y ya he hecho alguna con éxito. Esto, lo de tunear las latas, por cierto, lo inventó mi admirado Falsarius Chef, que en paz descanse. Esta receta en concreto la hice ayer y está buenísima.
Un vicio
Una imagen vale más que mil palabras: evidentemente, no apto para sibaritas del chocolate negro. Es un Milka de Hacendado, ni más ni menos.
Alerta, swifties
Ahora que está todo el mundo a tope con Taylor Swift, tengo que confesar que tengo una relación de altibajos con ella: lo mismo te anunciaba “Mi religión es el pop y mi diosa es Taylor Swift” (con esta frase me autocité anónimamente en este artículo, aunque en este otro se notaba que era muy fan) que se me pasaba al saber que salía de su casa escondida dentro de una maleta. Tan aislada estoy últimamente del mundo real que se me olvidó que a lo mejor quería ir a su concierto y ahora, evidentemente, es tarde, señora. Quizá pueda conformarme con esta tarta, quién sabe.
Venga, que tampoco le haría ningún asco a esta…
Tampoco hay suficientes vasos en casa
De la misma que te incitaba a comprar vajillas la semana pasada… Te traigo el vaso veraniego definitivo. No me gusta el sabor de la piña, pero bebería encantada mi agua fresca en esta maravilla. Si alguien me lo regala a lo mejor Pedro acepta que entre en casa, ahí lo dejo como idea, que se acerca mi cumpleaños.
Dicho esto, como siempre, sugerencias y piropos son bienvenidos. Hasta la semana que viene (una menos para volver a trabajar y sigo sin ser rica).
Por cierto, el enlace más visitado la semana pasada fue el del menú en casa, si alguien lo ha hecho, que me avise para autoinvitarme.
A ver, todo TODO no. Siempre me gusta tirar por el lado surrealista, porque si nos vamos a la realidad es dramático, se nos puede conocer por no frenar el calentamiento global, porque 3 de cada 3 personas se están pinchando Ozempic, por el problema de la vivienda o porque vivimos agotadxs. Pero yo qué sé, quiero que sonrías un poco leyendo esta newsletter, no deprimirte.
Yo me guardo todo lo de substack para el turno de 17 horas, se me hace más ameno y con el tuyo con los enlaces y las recomendaciones aún lo disfruto más 😅
Porqué yo no sabía esto de los martescitos en Substack?? Que maravilla ♥️♥️♥️