Martescito de recomendaciones: te recomiendo tener ganas de vivir
Pero, honestamente, ¿quién tiene de eso en septiembre?
Me fui con ganas de volver. Pero chica, que no contaba yo con el bajón de septiembre. Normalmente me entusiasma el nuevo curso, pero piensa que el año pasado me lo monté muy bien dando a luz en noviembre y sabiendo que, aunque maternando a tope, estaría unos meses sin trabajar fuera de casa. Este año me tengo que aferrar a otras cosas, lo que pasa es que aún no las he encontrado. Me encanta mi trabajo, lo puedo repetir las veces que quieras, pero más me encantaría no tener que trabajar. La verdad siempre por delante.
Una cosa que ha pasado estos días (hace dos semanas) es que, tal y como dice Pedro (mi actual marido), he hecho caso de mis propios consejos y he dejado Instagram. No del todo, porque lo tengo que usar por trabajo y tampoco creo que ser radical sea lo ideal en este caso y dada mi profesión, pero apenas lo consumo. Cuatro días antes de volver a trabajar lo desinstalé, me costó superar el buscar el icono constantemente, pero pasé el ‘mono’ rápido. Luego lo instalé por trabajo y ahora solo consulto mis interacciones una vez al día, no entro a ver stories sin fin y los viernes vuelvo a desinstalarlo. Qué quieres que te diga, de momento parece fácil1 y leer substacks me está dando la vida, me llena muchísimo más (disclaimer: quiero desengancharme de Instagram y consumir menos horas de pantalla, leyendo newsletters no llego a las millones de horas que dedicaba ni de lejos).
En varios de esos Substacks vi una moda que es recopilar pequeñas cosas que te hacen feliz. A mí me gusta leerlas, supongo que por descubrir en qué coincido y también qué puede convertirse en algo que me haga feliz a mí. Por si acaso y porque hay que encontrar esos motivos para vivir este septiembre, aquí va mi lista:
El tiramisú. Encontrar un billete en un bolsillo. El recuerdo de mi abuela dándome la propina. El olor a cristasol. La manicura recién hecha. Recibir un paquete por sorpresa. Estar a mitad de un libro que me encanta. La adrenalina. Cada sabor nuevo de Maxibon. Imaginar que tengo un pueblo como Stars Hollow. Una camiseta bien planchada. Que Oliver me diga: “¿quieres ser mi amiga?”. Poner una canción alta en el coche y cantar. Beber un vaso de agua fresquita cuando tienes mucha sed. La ilusión de tener un viaje ya contratado. Encender una vela de The Singular Olivia y si encima es Forever Young, uf. Las chuches de pica pica. Planificar eventos y quedadas. Bailar como si no existiese el ridículo. Arroparme con el nórdico. Leer un mensaje de Pestañitas. Ver fotos bonitas. Un abrazo para desgastar energías. Ver a Brad Pitt comer en sus pelis. In-n-Out. Acariciar un gatito. Encontrar una sudadera chula. Disneyland. Disney. Reír de tonterías. El sonido de la Coca Cola chocando con los hielos. Prepararme para no encontrar aparcamiento y encontrarlo nada más llegar. Los torreznos. Ted Lasso. Las bravas. Pasarme a ver a Tamara, mi fisio. Acompañar el arroz o la pizza con una buena ensalada mixta. Llegar a Times Square. Escribir. Las carcajadas de bebé de Lana. Hacer planes el finde. Las gildas. Los aperitivos de verano. El fenómeno fan. La Navidad.
Esta parte me va a costar. La verdad es que Instagram era una buenísima ventana al mundo recomendador, pero vamos a ver cómo me voy apañando…
Un móvil cuqui para cuando no queramos usar Instagram
A ver, ya que me voy a quitar Instagram, que me motive tener un móvil al que cambiarme, ¿no? (Por cierto, el que me robaron sigue de vacaciones en Marruecos). Han lanzado uno de Barbie que es basiquísimo (aseguran que es para que desconectes, yo creo que es porque es imposible competir con los smartphones) pero viene en un joyero, es rosa y aunque con esto yo ya estoy dentrísimo, añadiré que incluye espejo, es plegable, tiene decoracioncitas y cuesta solo (SOLO) 130 euros.
Una americanada guay
No engaño a nadie si digo que me encanta Estados Unidos (y tampoco me engaño: sé que me gusta el concepto pero hay muchísimo por lo que no me gusta). Esta historia (en inglés) es puro EEUU: un niño abrió un puesto de helados solidario, se lo cerraron y lo demás es una fantasía. Si ya empiezas con un niño abriendo un puesto de helados en la puerta de casa me has ganado.
Ácido cítrico
Creo que fue en mi newsletter favorita, Secret Breakfast, donde encontré esta receta de uvas convertidas en chuche. Pasó el tiempo y seguía pensando en ellas así que me compré en Amazon ácido cítrico alimentario y las hice (es bañarlas en limón y rebozarlas en una mezcla de azúcar y el ácido para después congelarlas). Con unas normales es un MEH (porque saben a uva) pero con las candy (que hay que comprarse ya porque la temporada es ahora mismo y dura dos nanosegundos) funciona perfectamente. Si te gustan las chuches de pica pica necesitas el ácido cítrico tanto como yo, ya veremos si este invierno le damos uso con gelatinas.
Por cierto, que el primer sitio en el que busqué el ácido cítrico fue en Químicos Riesgo, una tienda mítica de Madrid y descubrí que lo habían cerrado, lo comenté en Insta (aún era usuaria2) y luego mi amiga Mariana me dijo que han puesto un cartel y solo están reformando la tienda. Me duele igual que desaparezca la que tenían y era preciosa pero bueno, compensa algo.
Dirty Pop, el documental de Lou Pearlman
Si te gustan los Backstreet Boys, N*SYNC o simplemente te interesó alguna vez el movimiento de boybands de los 90, este documental es MUY FUERTE. Es sobre la vida y negocios de Lou Pearlman, creador de estos dos grupos y unos cuantos más y básicamente un estafador. No te cuento más para que te sorprendas tanto como yo que perdí la pista de esta historia y no sabía ni un poquito de ella. Flipante el momento falsificar a boli casi al final. Lo tienes en Netflix.
Disney Dreamlight Valley
Es otra pantalla, lo sé, pero no es una red social. Hace ya un par de meses que me compré el juego de Disney Dreamlight Valley y me encanta. A ver, es para fans, evidentemente, pero es como un Animal Crossing meets los Sims con personajes Disney. Yo con tener mi casa (que actualmente es la de Up) junto al castillo ya me emociono… Es sencillo, tranquilo y nada adictivo, justo lo que necesito yo para esas noches eternas de lactancia. Y no, no te hace esperar horas y horas para conseguir cosas. Si alguien lo tiene que me lo diga y nos visitamos (algo que he descubierto hace nada porque quiero ir tan despacio con el juego que no descubro cosas por no gastarlo). Está para consolas y para móvil, si no me equivoco.
Y con esto termino porque ya toca y porque me está esperando Wall-E para que hagamos juntos una misión. Ánimo con la vuelta, y si te animas, déjame tu lista de cosas por las que merece la pena vivir, que por si no lo he repetido 678 veces, no uso Instagram y echo en falta las interacciones ;) (mira qué retro, usando emojis de SMS, necesito el móvil de Barbie pero ya mismo).
Me recomendó
en el Twitter de Substack este programa de mails gratuito con un coach para desengancharte del móvil, dice que le funciona así que ojito ahí.Ya sabemos que los exadictos somos los peores, ¿no?
Pues nada que me estoy poniendo al día con los Martescitos, no he llegado a desinstalarme IG pero estoy intentando dejarlo... realmente es un enganche, pero menos mal que tenemos los nuevos blogs (aka substack) para relacionarnos, :) aquí te dejo mi interacción. Y cosas que me gustan, ahora que empieza el otoño: fuera está lloviendo, hace frío y yo estoy dentro con la chimenea y una buena peli en el sofá después de comer, las cenas llenas de risas con mis hijos, cuando mi hijo vuelve de la universidad, la llamada de los domingos con mis padres, planear un viaje, hacer cosas con las manos... no me llega el comentario para ponerte más... jajajaja Besos
Hola guapa!! Yo volví el día 3 y ya estoy deseando irme otra vez, en el trabajo estamos en plena campaña de vuelta al cole, imaginate el mogollón de gente yendo a comprar a la vez, para que que sus hij@s tengan todo preparado, l@s hay que son previsor@s y compran antes de irse de vacaciones ( pero son contad@s) luego esta la gente que compra la semana anterior y por último la que compra en el último momento, esperando encontrar esa mochila que está de moda o el pincel del número 8 . Y claro, su comentario siempre es el mismo, como es posible que ya no queden? 😂