Martescito de recomendaciones: El misterio Sarasa
Me han robado mis aceitunas, no sé si porque están ricas o por ese fantástico nombre.
Me han desaparecido unas aceitunas. En honor a la verdad, NOS han desaparecido unas aceitunas. Lo cuento tranquilamente porque yo no era la encargada de su custodia y así es como ver el tema desde la barrera. Cambia mucho la cosa, porque si la culpita fuese toda mía, se sumaría a la larga lista de liadas de Araceli, pero así queda en una divertida y aislada anécdota que nos compete a todos en casa.
Si te estás preguntando cuándo, dónde, cómo y sobre todo, qué tiene de especial la pérdida de unas aceitunas, déjame decirte que todo se entiende mejor (y peor, todo a la vez), si te digo que eran cuatro kilos de aceitunas. Te digo más: 4,2. No pienso subir más la apuesta porque, literalmente, es eso lo que pesaban. Era una lata hermosa, azul, contrastando con el verde de las preciosas aceitunas que representaba. Todo lo preciosas que pueden ser unas aceitunas en foto, no sé, brillantitas.
Era una lata lo suficientemente grande como para contener, eso, más de cuatro kilos de producto y su correspondiente líquido.
Ojo, no eran (son, si no se las han comido ya) unas aceitunas cualquiera, eran las Hechizos del Sur. If you know, you know.
Hablamos de una fantasía perpetrada por Sarasa, la marca con mejor naming de la Historia, una palabra que por otro lado no se usa ya casi nunca, sobre todo por sus connotaciones negativas. Ahora que da nombre también a las mejores aceitunas aliñadas, pues se le hace justicia lingüística.
Llegados a este punto me parece importante remarcar lo difícil que es perder una lata de esas características. Cuando las compramos hubo un pequeño debate porque nos preocupaba cómo íbamos a darles cabida en casa pero mira, un problema solucionado. Lo no comido y lo no servido por lo robado.
Las aceitunas salieron de ese supermercado americano en el que hago la compra de vez en cuando. Americano pero a nuestro estilo, ya ves, con sus buenas Sarasa. Llevaba semanas deseando ir, desde que supe que tenían mis Hechizos del Sur, y cuando las localicé entre otras aceitunas sin nombre, la cara de ilusión no pude vérmela pero desde dentro me la notaba exageradamente de felicidad. Cerca de Navidad suelo repetir ese gesto varias veces.
Las Sarasa fueron al carro después de que Pedro (mi actual marido, el otro protagonista de esta historia), las llevase en brazos un rato (dentro de nada nuestra bebé ya no será bebé, así que hay que empezar a buscar alternativas). De ahí, a la caja de pago. De la caja, al coche. Después vendría un intenso trayecto con la, de momento, bebé, llorando (su hermano lo justificó diciendo que había mucho tráfico, como si cuando está fluido no chillase) y todo lo demás es una incógnita.
Solo sabemos que al día siguiente íbamos a meterlas en tarros (solucionando el tema del espacio en el frigorífico) y descubrimos que no estaban por ningún lado. ¿Nos las robaron del coche? ¿Al dejarlas unos segundos en el portal? Ojalá les hubiésemos puesto un localizador. Ríete tú de Black Mirror: ahora sabríamos si, quizá, han acabado con mi teléfono móvil, en un pueblo de Marruecos, hechizando, literalmente, el Sur. Mucho viaje para unas Sarasa.
RECOMENDACIONES
Voluntarios para acunar
Creo que esto no existe en España así que ahí va una idea: en EEUU hay voluntarios para acunar y coger en brazos a bebés que están en la UCI neonatal, cuando sus seres queridos no pueden estar todo lo que quisieran. Debe de ser un trabajo duro, todo lo médico me da mucho respeto, pero también una forma de aportar y llenar tu corazón de felicidad, no hay nada mejor que tener un bebé en brazos (o igual soy yo que veo que mi bebota cumple un año esta semana y estoy ya nostálgica).
Unos frutos secos muy gochos
Cuando dicen que hay que comer frutos secos se refieren a su aporte de nutrientes, que nadie confunda sano con poco calórico porque no lo es. De hecho, ese aporte nutricional lo siguen haciendo incluso si, como en este caso, hablamos de unas almendras con chocolate blanco y caramelo.Las venden en Dia. Yo no hago las normas, pero si tienes que rellenar un calendario de adviento próximamente, aquí tienes una idea. Puedes aprovechar que vas a comprar patatas fritas para hacerte con ellas.
Un distinto de verano
Cuenta la leyenda que mi amiga Ana supo que estaba embarazada porque un día fuimos a 80 Grados (un restaurante con varias sucursales en Madrid) y no me pedí el Distinto de Verano, que me encanta. Una de las pocas cosas con alcohol que tomo (porque no sabe a alcohol). Ahora han hecho un pack para hacerlo en casa y lo envían por Glovo. Sinceramente, vivimos la edad de oro de los deliveries, recuerdo cuando las únicas alternativas eran Telepizza y comida china y, aunque ambas me parecen opciones siempre apetecibles, la variedad me deja loca. Otra cosa es que el precio de toda la comida a domicilio haya subido un 2000% desde la pandemia.
Cosas de niños
Mira, me da hasta vergüenza escribir esto porque es de primero de madre y padre. Pero a mí por lo menos a veces se me olvida. Tenía Óliver una taza de Cars que se rompió y le va a pedir una a los Reyes. Yo, por ir facilitándoles el trabajo, busqué algo similar en internet sin mucho éxito. Hasta que tuve que buscar también un juguete descatalogado y me salió algo en Vinted. No te voy a decir que los Reyes no están moviendo un dedo este año y les estoy haciendo todo el trabajo pero sí.
Entonces, estando ya en Vinted, recordé que existe la economía circular y que en el caso de los niños el círculo da vueltas y vueltas y, efectivamente, tengo ya guardada taza, bol, camiseta y todo lo que se me ha ocurrido buscar de Cars (vivimos una segunda oleada de fanatismo por la saga, ya cuando fuimos a Disneyland hace dos años nos emocionamos al cruzarnos con Lightning McQueen mientras llevábamos un coche suyo). Pues eso, que antes de comprar juguetes nuevos y cosas así, acuérdate de que existen Vinted y Wallapop, que te ahorras aún más que con el Black Friday y además muchas cosas vienen de Francia así que son diferentes a las que encuentras aquí. Sí, este recordatorio casi que va más para mí que para nadie.
Planazo de Navidad
Estoy preparando un supermartescito de Navidad, pero como no sé si me dará tiempo a que salga este año o en una década (es un proyecto ambicioso), os voy adelantando un plan al que voy a ir fijísimo. Somos gente habitual en Teatros Luchana (el primer teatro al que fue Óliver y posteriormente Lana) así que confío plenamente en esta versión del Cuento de Navidad en versión música pop. Estoy D E S E A N D I T O. Eso, y poner la decoración en casa, no pido tanto.
Esto es todo por esta semana. Por cierto, no puedo ponerlo todavía pero hoy mismo sacamos un concurso en el Instagram de Cuore muy navideño para quien esté en Madrid y tenga alguna mañana libre. No digo más. Yo voy a ir doblemente: porque tengo y porque quiero :)
Mil gracias por acompañarme siempre y por todos los comentarios y corazones.
Las aceitunas Sarasa son las mejores. Había que decirlo y se ha dicho. Al menos, de las que vienen embotadas. Lo de los mercados con puestos de aceitunas y familias que tienen sus propios olivos es otra liga. He disfrutado mucho con tu texto 😂❤️
Me muero de risa con el hurto aceitunero.